TOTALMENTE DE ACUERDO
DERECHOS, QUE NO PRIVILEGIOS
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Según el Diccionario de uso del español de María Moliner, privilegio es
la excepción de una obligación, o posibilidad de hacer o tener algo que
a los demás les está prohibido o vedado, que tiene una persona por una
circunstancia propia o por concesión de un superior. Por el contrario
derecho es la circunstancia de poder exigir una cosa porque es justa.
> Soy funcionaria, me dedico a la docencia y trabajo en un instituto
de educación secundaria, en este país. Y no, yo no tengo privilegios.
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El sueldo que cobro es un derecho que me gano honradamente con mi
trabajo. Está regulado por un convenio en el que participan y firman
todas las partes interesadas. Es transparente, cualquier ciudadano puede
saber lo que cobro. Hacienda conoce perfectamente mis ingresos, en mi
declaración no cabe el fraude ni la picaresca. Mis ahorros, pocos, están
en entidades bancarias completamente controladas por el estado, y no en
paraísos fiscales. Me levanto todas las mañanas a las seis y media para
ir a trabajar. Cuando regreso estoy cansada, porque, aunque no lo
parezca, este oficio es agotador. Diariamente doy cuenta de mi trabajo
primero a mis alumnos y por supuesto a sus padres, luego a mi director y
si es preciso al inspector de mi zona, porque yo sí tengo jefes. Obtuve
mi puesto de trabajo aprobando una oposición, que por si alguien no lo
sabe, es una prueba muy dura, y no hubo “enchufismos” de ninguna clase.
Si tengo que ir a trabajar en coche, el vehículo es propio y pago la
gasolina, yo no tengo coche oficial ni chófer. Si he de quedarme a
comer, me pago la comida, yo no cobro dietas. El café y el almuerzo
corren por mi cuenta, y hasta los bolígrafos rojos que gasto para
corregir los ejercicios de mis alumnos, los compro con mi dinero. Los
libros de texto y de lectura que necesito para trabajar, de momento, nos
los ceden, gratuitamente las editoriales, tampoco les cuestan un euro a
la Administración.
> No, yo no tengo privilegios. Alguien podría pensar que disfruto de
un mes de vacaciones más que el resto de mortales. Pero durante el curso
escolar trabajo prácticamente todos los domingos, y cuando no trabajo
en domingo es porque lo he hecho en sábado, o tal vez el viernes por la
tarde. Si cuentan todos estos días, verán que suman más de 31, que son
los que tiene el mes de Julio. Cuando llevo a mis alumnos de excursión o
de viaje, les dedico las 24 horas, dejando a mis hijos y a mi familia.
> No, yo no tengo privilegios. Y sin embargo me siento privilegiada.
Sí, me siento privilegiada porque considero que mi trabajo es muy
importante y valioso y realizo un servicio social. Me siento
privilegiada cuando veo crecer y madurar a mis alumnos, los veo superar
sus dificultades y aprender, y yo estoy ahí ayudándoles, aunque solo sea
un poquito. Me siento privilegiada cuando mis alumnos me saludan por la
calle, casi siempre con una sonrisa y cuando hablo con sus padres con
la cordialidad propia de quienes comparten objetivos. Me siento
privilegiada cuando encuentro a antiguos alumnos y me hablan de sus
vidas, de sus éxitos y sus proyectos. Y sobre todo me siento
privilegiada porque trabajo rodeada de extraordinarios profesionales que
se dejan la piel día a día para llevar a buen puerto esta nave que la
Administración se empeña en hacer zozobrar.
> Sí, estos son mis privilegios, pero puedo asegurarles que no le cuestan ni un euro al contribuyente.
>
Con todo, no crean que quiero ponerme medallas, nada más lejos. En el
fondo me siento como el siervo inútil del Evangelio, al fin y al cabo
solo cumplo con mis obligaciones. Pero es importante no confundir
derechos con privilegios. Los recortes en Sanidad y Educación, son
recortes en derechos y no en privilegios. Que no os confundan. No veáis
enemigos donde hay amigos, ni verdugos donde hay víctimas como vosotros.
Confundir es un arma de poder para camuflar al verdadero culpable.
> Con todo lo que está cayendo sobre los docentes, lo que más me
duele no es la pérdida de poder adquisitivo, sino el menoscabo moral al
que se nos está sometiendo. Solo pido a la sociedad, respeto. A los
políticos, honestidad, porque muchos han olvidado el significado de esa
palabra, si es que lo conocieron alguna vez. También les pido valentía,
porque pisotear al débil es de cobardes. Los culpables de esta crisis
son mucho más poderosos que nosotros y sí tienen privilegios, que la
paguen ellos. Por la dignidad del docente, que es lo que no nos pueden
quitar.
>
CAMARADA
Hace 2 días
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